LAS DESPEDIDAS

Decir Adiós cuesta indiscutiblemente más que decir Hola. Despedirse es algo definitivo que no tiene vuelta atrás. Es cerrar la página de un libro para no volverlo a abrir quizás jamás. Si lo que se deja atrás ha importado poco, el proceso es menos duro. Pero es difícil que un capítulo de la vida no te deje recuerdos buenos, porque los malos acaban desvaneciéndose con el tiempo, imposibles de olvidar. Cerrar una etapa requiere de fortaleza mental para que los sentimientos no te nublen y para que la incertidumbre de empezar otro camino no te paralice. Sentir es humano. Es imposible que alguien sea insensible cuando se marcha y deja atrás momentos, amigos, experiencias que al final le han acabado aportando. Despedirse consiste el cortar los nexos. Una despedida no es un “hasta luego”. Pensarlo es hacernos trampas, es intentar engañar a nuestra mente para que no afronte la despedida. A despedirse no te enseña nadie. Lo tienes que aprender tú mismo. Debe ser algo natural, que salga dentro de ti, que refleje un sentimiento puro, sin artificios ni alharacas, mostrándonos tal y como somos. La persona o personas que reciban nuestra despedida lo agradecerán, guardarán un buen recuerdo de nosotros. Al final se trata de eso, de guardar recuerdos que demuestren que nuestro paso por la vida ha merecido la pena. Adiós…

Comentarios

Cabrónidas ha dicho que…
Un final es un nuevo principio.