De Conexiones y Planes Mercantiles


(Conexión: Enlace, atadura, trabazón, concatenación de una cosa con otra. Amistades, mancomunidad de ideas o de intereses.

Mercantilismo: Sistema económico que atiende en primer término al desarrollo del comercio, principalmente al de exportación, y considera la posesión de metales preciosos como signo característico de riqueza).



El éxito no se compra, sino que se cocina a fuego lento como los buenos pucheros. Nunca estuvo tan claro como esta vez.

Imaginemos una cadena de montaje. Es un proceso productivo donde intervienen muchos factores y donde la acción de uno condiciona el desarrollo del otro. Es un equipo de tal manera que éxito general depende del correcto cometido de todos los implicados en el trabajo. La mayor productividad y eficiencia se consigue cuando todos los elementos se interrelacionan a la perfección y son capaces de adquirir una serie de automatismos que les permiten realizar su tarea con los ojos cerrados. En definitiva, funcionan como una verdadera conexión es decir, llegan a ser una mancomunidad de ideas o intereses.

En el mundo industrial el espionaje está a la orden del día y si algo funciona, se copia. Si tu competidor tiene éxito y tú consideras que no tienes las armas suficientes para plantarle cara, las compras. Aunque sean muy caras, consideras que si esa mano de obra fue capaz de funcionar en otra empresa no tendrá problema alguno de funcionar en la tuya. Es más o menos lo que promulgaba el Mercantilismo, que consideraba la posesión de metales preciosos como signo de riqueza. Este plan sobre la base parece perfecto pero le falta algo: la conexión.

Porque tú puedes importar la mejor mano de obra de mercado que, como no haya una serie de automatismos entre ellos, el proceso no funciona. Y más si te quieres medir a un modelo que ha sido el más exitoso en los últimos años y que además apenas se ha gastado un duro en comparación contigo. ¿Por qué? Pues porque desde pequeños han mamado una forma de trabajar inequívoca e inalterable de tal manera que, cuando han tenido que dar el salto a cometidos mayores, no han sentido pánico ni vértigo dado que tan sólo se trataba de poner en práctica lo que llevaban tantos años aprendiendo. Es una filosofía de trabajo.

Si además, el patrón es alguien al que todos admiran e idolatran pues es una persona hecha a sí misma en esa fábrica ( y por tanto modelo a seguir por todos), poco hay que hacer dado que, a una cuasi-perfecta forma de hacer las cosas se une una fe inquebrantable en lo que están haciendo. Y no dudo que tú, como competidor, estés haciendo mal las cosas, ni que hayas intentado suplir lo mejor que has podido los puestos en los que creías que tenías carencia. Pero ante un sistema de producción tan perfecto, poco se puede hacer. Tan sólo tienes que trazar un plan y éste no pasa por sacar la billetera sino por inculcar una filosofía que se inocule tanto en el ADN de tu empresa que ésta llegue a convertirse en invencible.

Comentarios

Sara ha dicho que…
Sé que la entrada guarda alguna relación con el fútbol (por la foto), pero no termino de captarlo. Igual porque no sé nada de fútbol...

:p
. ha dicho que…
Si, pero el caso es que estamos a un partido de terminar la liga y todavía no está decidida... hacía veinti tantos años que no ocurría esto, supongo que depende del equipo que seas lo disfrutarás de una u otra manera...

Y con respecto a mi post... esa era mi intención, que recordará a aquella película :)

Un muá.
haujavi ha dicho que…
Pues sí, una filosofía que ya se veía desde que yo era pequeño con el dream team en el que empezaba a jugar Guardiola. Da gusto ver jugar al Barcelona, independientemente de que algún día el bloque se acabará y esas piezas que han salido de la fábrica mejores que las habituales serán sustituidas por otras no tan brillantes, de menos calidad y aunque el sistema es importante sin buena mano de obra no se logra tampoco una productividad adecuada.