La vida y los Mundiales (II)


FRANCIA 98-La escuela de la vida

Siempre te dijeron que entrar en la Universidad te daba un plus, te señalaba como alguien importante, diferente al resto. Vamos, que se notaba claramente quién había pasado por la Universidad y quién no. Teniendo en cuenta que uno nació en la época del “baby boom”, la masificación de las aulas y el poco compromiso de muchos de los profesores, instauró la idea que yo pasé por la Universidad pero ella no pasó por mí.

Es un poco lo que pasó con España en tierras galas. Que estuvo allí pero ni se la vio. Tan sólo recordamos el autogol de Zubizarreta (una vez más, Andoni en mis peores recuerdos).

De este Mundial se puede extraer la lección que, con compromiso, perseverancia y confianza en ti mismo, se puede llegar al objetivo final a pesar de los obstáculos que te puedas encontrar por el camino. Eso es lo que hizo Francia para ganar su Mundial. Eso es lo que hizo un servidor para conseguir su licenciatura.


COREA Y JAPÓN 2002-Segundas Oportunidades

La vida puede ser muy puñetera (que lo es) pero no deja de ofrecerte oportunidades para reengancharte al vagón si has perdido el tren. Si tu imagen ha quedado dañada con derrotas sorprendentes frente a rivales de medio pelo (como por ejemplo, Chipre) y te has enfrentado a situaciones incómodas que no habías vivido antes (como estudiar en verano), siempre habrá un momento en el que todo eso se borre y llegues sin mácula a un gran acontecimiento.

El bálsamo reparador al que se agarró la Selección española fue Austria, a la que le endosamos 9 goles para que se fueran “calentitos” a Viena. Al que se agarró uno fue la consecución de la Licenciatura. Parece mentira que uno sufra tanto, luche tanto y se lleve tantos berrinches para conseguir un mísero título en papel que, una vez obtenido nadie te va a preguntar cómo lo obtuviste. Lo importante es que lo tienes, y punto.

Una vez más llegamos a un Mundial con la vitola de candidatos, pero esta vez con argumentos más sólidos que otras veces. Aunque no sé si lo llevamos incorporado en el gen español que, cuando nos sentimos superiores, fallamos. Esta vez no fue entera culpa nuestra, sino de agentes externos (llamémoslos árbitros) que no se pueden controlar.

Finalizado este Mundial, extraes otra lección vital. No basta con ser muy bueno, tener convicciones y estar seguro de ti mismo, sino que también debes controlar el entorno que te rodea. En la medida que el ser humano vive en un entorno y relacionado con otros seres humanos, es imprescindible, para tener éxito en la vida, saber controlar dicho entorno y saberte relacionar con los demás. Si no, estás perdido.


ALEMANIA 2006-Viejos fantasmas

En este período entre Mundial y Mundial, uno ha pasado del protector manto de la Universidad a la jungla que supone el mercado laboral. Esto es como la cura de humildad a la que se sometió España, que pasó de ser favorita a clasificarse en la repesca.

En los Mundiales como en el mercado laboral, conviene ir precavido, en un segundo plano, analizando las posibles alternativas para no equivocarse en los posteriores pasos a dar. Está claro que el que no arriesga, no gana pero tampoco es cuestión de ir de frente, dado que la empresa privada no es la Universidad. Los resultados han de conseguirse cada día, no en Febrero y en Junio y tu supervivencia no depende tan sólo de lo que hagas tú sino también lo que hagan los demás. Y en el mercado laboral, como en el fútbol, hasta el más tonto hace relojes.

Y no vale que tú pases a Octavos de final con una hoja de servicios limpia, porque para llegar a la Final dependes de lo que hagan los demás. Y si los demás son franceses, conviene andarse con cuidado aunque ellos hayan hecho peor las cosas que tú. Lo importante es el fin (llegar a la Final) y no los medios, por eso a veces el mercado laboral se convierte en una jungla.

Hay gente muy resabiada, que está de vuelta de todo y tú, que aún destilas la inocencia del recién licenciado, no eres rival para ese tipo de depredadores, tipo Henry, que no tuvo piedad de la joven y vitalista Selección española.

Parece que la vida no es tan bonita como nos la pintaba Butragueño en Quétaro, que necesitas curtirte y recibir palos, pues ese es el mejor aprendizaje pero que, aunque tenga un punto cruel, siempre acaba dándote una oportunidad por pequeña que sea. La cuestión es que la sepas aprovechar.

Continuará...

Comentarios

Tocada y hundida ha dicho que…
El mundial que más viví fue el del 2002.

Pobres habitantes de Austria haha.
haujavi ha dicho que…
Y lo bien que me cae a mi Zubi, para mi es el prototipo de portero, alto, torpe con los pies, perdido ante los cambios de normas pero que en cuanto a estiradas me parecía el mejor. ¿Fue el mundial de Corea el del famoso chorreo de las axilas de Camacho? Está visto que no me fijo mucho en los mundiales jejeje