Pero
esto de crear necesidades aparentemente superfluas no es sólo exclusivo de los
procesos de compra. También puede ser extrapolable a otros ámbitos de la vida
como por ejemplo, el laboral.
Y
en la creación de necesidades laborales, los alemanes han hecho un arte y ya de
paso, han conseguido la cuadratura del círculo del “cuasi” pleno empleo. Si no,
¿dónde se ha visto que en un Centro Comercial por cada puerta que haya exista
la figura del portero que te las abra? ¿Acaso no existen las puertas
automáticas o giratorias? Sí, pero estamos seguros que el consumidor alemán no
lo sabe y que si va a comprar y no encuentra a un gentil caballero o señorita
que le abra la puerta, su experiencia no será plena y notará que le falta algo.
En definitiva, le han creado una necesidad.
Hablando
de Centros Comerciales, estos proliferan sin sentido. Algunas veces unos
solapados a otros, con una estética más cercana a la de una Galería que a la de
un Centro Comercial. ¿Cuál es el sentido? Sin duda, incitar a consumir. Para
ello usan el cebo de una marca reconocida para que el público entre, de paso
pique y se encuentre, entre otras cosas, comercios donde están tan poco acostumbrados
a vender que cuando un cliente entra y compra algo, tiene que utilizar un rollo
de cocina para envolver el regalo (¡y se quedan tan panchos!). Esto último
entronca con otra característica del pueblo alemán: la eficiencia.
Pongamos
un poco en cuarentena la famosa eficiencia alemana. Lo primero que tenemos que
hacer es no sentirnos inferiores a ellos. En el fondo también son humanos y
cometen errores. Y también se escaquean. Es difícil ver a alguien trabajando en
una obra a primera hora. Ni a media mañana. Se conoce que, como en España, la
hora del desayuno y del bocadillo es sagrada. Una cosa es que se tomen las
cosas con calma pero otra bien distinta es que no rematen las obras. Si no,
¿por qué ningún edificio tenía cornisas? Porque que no hubiera persianas ya
contábamos con ello, pero las cornisas…
Así
que, a modo de conclusión hay dos cosas que hemos de tener claras. Que somos
mano de obra tan cualificada como otra cualquiera y que hay otros que son más “creativos”
maquillando las cifras de Población Activa.
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Un beso