Lo que sabemos es
una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
(Isaac Newton)
Dicen que estamos hechos en
nuestra mayoría de agua y que cuando nos muramos, nos convertiremos en polvo.
Yo no lo tengo muy claro. Algunas veces creo que mi cuerpo está hecho de papel
y que por mis venas, en vez de sangre, corre tinta.
Quizás sea exagerado, no lo dudo,
pero he de reconocer que una parte de lo que soy se lo debo a la lectura, a lo
más importante que ésta me ha enseñado: interpretar el mundo en el que vivo.
Porque uno nace sin saber el motivo y sobre todo, sin saber la razón. Tienes que ir
poco a poco labrándote tu camino y aprender de experiencias pasadas para poder
cimentar tu futuro. Pero el mundo es tan sumamente grande y tu mente está tan
influenciada por tus propios sentimientos, que necesitas otros puntos de vista
para intentar comprender el entorno en el que vives.

A lo mejor nosotros mismos no
somos capaces de crearnos una visión objetiva de la realidad (suponiendo que la
objetividad exista), porque somos parciales, nuestros actos son fruto de
nuestros sentimientos y de las experiencias vividas y, cualquier cosa que
desarrollemos en el futuro, va a estar supeditada a eso.
Si no hubiera alguien que nos
sirviera en bandeja lo que otros opinan, lo que otros sienten o los que otros
padecen, estaríamos condenados a vivir una existencia sórdida y monótona,
carente de sentido y, aunque es verdad que nunca sepamos con certeza el porqué
de nuestra venida al mundo, nos iríamos de él sin haber evolucionado. Yo no
quiero eso, yo quiero saber comprender.
La opinión de cada uno es libre y
muy respetable, pero ha de ser abierta y contrastable. Ha de ser expuesta para
que pueda ser rebatida porque, tras el debate, siempre saldrá más reforzada y
más argumentada, en definitiva más sólida.
La vida es una
serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de
lo que anhelamos ser.
Todo lo que he comentado antes no
tendría sentido si no puedo expresarlo, si no existe un altavoz donde poder
contar lo que veo. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que tengo mucha
necesidad de expresarme. Ese sentimiento de querer contar cosas, de intentar desentrañar
la realidad siempre ha estado latente. Sólo con el paso del tiempo eres
consciente de que no debes traicionar a tus sentimientos y has de explotar tus
cualidades, dado que siempre se ha de intentar buscar la excelencia (aunque
casi nunca se consiga) en tu vida y la manera más rápida de conseguirlo es
explotar aquellas cualidades que se te den mejor y más te puedan distinguir.
Comentarios