Atrás
quedan los tiempos en que dejabas volar la imaginación y todo parecía de color
de rosa. Tiempos en los que eras capaz de sobrevolar nubes imaginarias y verlo
todo en una perspectiva de luz y de felicidad. Tiempos en los que te sentías
como Peter Pan.

Porque
el futuro no es como lo pintan. De primeras, por su propia naturaleza, es
incierto. Ni tú ni nadie lo puede controlar. Pero independientemente de eso,
tampoco te preparan para afrontar los inconvenientes con los que te vas a
encontrar, más bien vas aprendiendo a base de golpes, algunos de ellos difíciles
de encajar.
No
son buenos tiempos para el futuro. El presente es desalentador y no hay
perspectivas para que las cosas sean como antes. Por tanto, toca aguantar.
Encima puede resultar hasta obsceno quejarse, cuando hay gente lo está pasando
realmente mal y tú lo único que tienes frustración. Asumes que el estrés y la
ansiedad se hagan un hueco en tu vida. Digieres más mal que bien que tener
responsabilidades implica ganarse desilusiones y no ser siempre justo. Que por
todos los lados estás desprotegido y que no te queda otra que cubrirte para
sobrevivir en esta jungla en la que todo se ha convertido.
En
definitiva, hacerse mayor puede llegar a tener más inconvenientes que ventajas.
Cuanto antes asumamos que Peter Pan que nunca existió y que es un mero vestigio
de nuestra infancia, más tranquilos afrontaremos el futuro.
Comentarios
;)