PETER PAN NO VA A VOLVER

Atrás quedan los tiempos en que dejabas volar la imaginación y todo parecía de color de rosa. Tiempos en los que eras capaz de sobrevolar nubes imaginarias y verlo todo en una perspectiva de luz y de felicidad. Tiempos en los que te sentías como Peter Pan.

Pero la vida no permite respiro, avanza y no hay manera de paralizarla justo en el instante. Sólo cuando te quedas anclado en un (feliz) pasado te das cuenta que no seguirle el ritmo te dirige irremediablemente a la frustración. Es una negación constante, es no asumir que las cosas por más que lo desees no van a volver a ser como antes. Y eso, cuando idealizaste el futuro puede a llegar a ser muy duro.

Porque el futuro no es como lo pintan. De primeras, por su propia naturaleza, es incierto. Ni tú ni nadie lo puede controlar. Pero independientemente de eso, tampoco te preparan para afrontar los inconvenientes con los que te vas a encontrar, más bien vas aprendiendo a base de golpes, algunos de ellos difíciles de encajar.


No son buenos tiempos para el futuro. El presente es desalentador y no hay perspectivas para que las cosas sean como antes. Por tanto, toca aguantar. Encima puede resultar hasta obsceno quejarse, cuando hay gente lo está pasando realmente mal y tú lo único que tienes frustración. Asumes que el estrés y la ansiedad se hagan un hueco en tu vida. Digieres más mal que bien que tener responsabilidades implica ganarse desilusiones y no ser siempre justo. Que por todos los lados estás desprotegido y que no te queda otra que cubrirte para sobrevivir en esta jungla en la que todo se ha convertido.

En definitiva, hacerse mayor puede llegar a tener más inconvenientes que ventajas. Cuanto antes asumamos que Peter Pan que nunca existió y que es un mero vestigio de nuestra infancia, más tranquilos afrontaremos el futuro. 

Comentarios

Sara ha dicho que…
Bueno, a ver, yo creo que el secreto no es olvidar a Peter Pan... la clave es dejarlo estar en algún lugar en el que no haga demasiado ruido, porque a veces necesitamos de verdad volver a Nunca Jamás... aunque solo sean 5 minutos.

;)
Anónimo ha dicho que…
En mi opinión, el llamado síndrome de Peter Pan (que muchos padecemos o hemos padecido en algún momento) se debe a la incapacidad de comprender que cada época de la vida tiene sus ventajas e inconvenientes, y de asumir que unas y otros constituyen parte esencial de lo que somos (o de lo que estamos siendo). ¿A qué se debe esta percepción de que cuando éramos pequeños "estábamos mejor"? ¿De dónde procede esta tendencia a idealizar todo lo que ya no existe e incluso, de algún modo, a culparnos por haberlo perdido? Además, si reflexionamos sobre ello, ni siquiera desearíamos volver atrás. Yo, por lo menos, no me veo reviviendo ahora todos mis años de infancia, por no hablar de los de adolescencia. Nos gustaría, en todo caso, seguir viviendo como vivíamos entonces, pero con nuestro actual raciocinio y nuestra actual capacidad de valorar las cosas. Es decir, quedarnos solo con las ventajas. Lo cual confirma que no se puede volver, ni tendría sentido hacerlo. Ahora mismo no estás muy satisfecho con lo que vives ni con lo que observas a tu alrededor, y es comprensible; pero recuerda: post nubila Phoebus.
haujavi ha dicho que…
Yo creo que ya no por la crisis ni todos esos rollos, tenemos que admitir que respecto a mucha gente en el planeta somos afortunados, por lo que bueno, los estreses y expectativas demasiado altas muchas veces nos los ponemos sin necesidad.