UNA HORA MENOS EN CANARIAS (V): El Axioma del Teorema de la Camarera.


Querido diario:

Es increíble que, a pesar de su agitada vida nocturna, Trevor lleve pleno de presencias en el desayuno. No ha faltado a ninguno. Lo mejor de todo es que nosotros le vemos con fuerza suficiente como para seguir ese ritmo.

Mientras que físicamente le vemos bien, sabemos que anímicamente no está en su mejor momento. Aún sigue siendo esclavo de sus palabras y el Teorema de las Camareras que brillantemente formuló, le está llevando por la calle de la amargura. Sería tirar piedras contra su propio tejado si deja sin validez su Teorema pero esa camarera le ha calado tan hondo, que por ella sería capaz de mancillar su prestigio matemático.

En estas atribulaciones estábamos cuando decidimos pasar el día en el mayor ¿zoológico? de la isla: El LORO PARQUE. Aunque ellos lo denominan el “Must” de Canarias. Si alguien sabe el significado de esta palabra, por favor que nos lo diga.

A lo que íbamos, que pasamos el día en un recinto donde el espíritu comercial se imponía al animal. Algún día hablaremos del sentido comercial de la vida que posee esta gente. Nada más entrar, casi sin darte cuenta te colocan un loro en el hombro y el flashazo que viene a continuación te recuerda que ya te han retratado para que luego pases por caja. Como no avisan, la cara con la que apareces en la foto está más cerca de la que tendrías al entrar en una Casa del Terror que la de entrar en un “Must”.

Una vez recuperados del susto, nos dispusimos a recorrer nuestro camino intentando interpretar lo mejor posible el mapa del recinto. Al final, no sé para qué ponen tantas letras si al final nos guiábamos por las fotos que venían en el plano. Una vez que dominamos las distancias y los caminos, quedaba otro paso. Controlar los horarios. Cada animal tenía su recinto y cada recinto, tenía su espectáculo. Así que en ese momento empezamos a ir a matacaballo. El estrés había vuelto a nuestras vidas. Acabábamos de ver como un león marino le robaba la cartera a un adiestrador y teníamos que ir a toda prisa a ver cómo una Orca nos calaba hasta los huesos después de un salto espectacular. Terminamos de ver ese húmedo espectáculo y a ver a otro clásico de los zoo´s: el delfín. Después de observar cómo se desenvolvían las orcas y los leones marinos, no hubo nada nuevo que no hubiéramos visto hacer a estos que pasan por ser uno de los animales más inteligentes.

Y después vinieron, las iguanas, los tigres, los monos, los pingüinos y como no, los loros. Y así, hasta tropecientas especies. Eso era una auténtica saturación animal. Lo bueno del asunto es que en lo que vimos tanto animal, mantuvimos nuestras mentes distraídas. Pero Trevor aún seguía dándole vueltas a la cabeza. Hasta que llegó al quid de la cuestión.

Había dado con la solución, con el método que le permitiría mantener su teoría y conjugar con ella sus sentimientos. Es más, su Teorema de las Camareras saldría reforzado empíricamente. Había nacido el Axioma del Teorema de las Camareras.

Dicho Axioma venía a decir lo siguiente: no hay utilidad marginal tendente a cero cuando la camarera está al otro lado de la barra es decir, cuando la camarera no está de servicio. El ingreso (conseguir los placeres de la chica) aumenta exponencialmente por cada minuto, ¡qué digo minuto!, por cada segundo que pase la damisela fuera de la barra. Desde el punto de vista formal, este Axioma es tan brillante como el Teorema que complementa. Pero Trevor no se había dado cuenta de un pequeño detalle.

La Utilidad, cuando una camarera no está trabajando en la barra, hay que medirla como un sumatorio de utilidades. Para los no iniciados en la materia, lo explicaremos con otras palabras. A tú interés por cortejar a la camarera hay que unir los de otros cuantos (a ver si creías que tú ibas a ser el único) que piensan que tienen posibilidades con ella. Y claro, el número de personas a las que haya conquistado esta bella dama mientras servía un Cacique-Cola, es cada vez mayor cuanto más guapa y más simpática sea la chica.

En definitiva, aquello sí que se convierte en una Jungla donde todas las especies compiten para ver quién se lleva el gato al agua. Ese sí que es el auténtico LORO PARQUE. Y reconócelo, Trevor, que si te sigue saludando, sonriendo e incluso hablando cuando no está trabajando, eso no quiere decir que la tengas en el bote. Simplemente, es que es una chica educada.

*Hoy Trevor conquistó a 9 velinas en el día de hoy.

Comentarios

haujavi ha dicho que…
Creo que me interesaría más saber "el teorema de las velinas" más que el de la camarera jajaja